Empresas Verdes: Greenver Renovables
Empresas Verdes: Greenver Renovables
Martes 25 de Enero
José Manuel Trueba es uno de los socios de Greenver
Renovables, una pequeña empresa instalada en el Polígono de Raos que
apuesta por la energía verde, «que no contamina y consume menos». La
empresa nació volcada en el negocio de la climatización; en 2009 pasó al
de las lámparas de tecnología LED y hoy apuesta por un cargador
universal de móviles y ordenadores que funciona con energía fotovoltaica
o eólica.
Poner en marcha este nuevo proyecto no hubiera sido
posible sin la ayuda de un microcrédito. «Arrancar sin dinero es
imposible», asegura Trueba, quien considera que las ayudas están bien,
pero casi siempre son insuficientes. Con el capital recibido se han
diseñado dos prototipos, pero no se ha llegado todavía a la fase de
comercializar los cargadores. Trueba recuerda que tras dos meses de
papeleo, en el que se realizó un detallado estudio de necesidades y de
viabilidad del proyecto, los socios de esta empresa consiguieron en
agosto del año pasado una ayuda de 24.000 euros -casi el límite de lo
que se puede pedir-. Este dinero permitió que se iniciaran los trabajos
para construir un prototipo de cargador de móvil que funciona con
energía renovable.
«Es útil para utilizar en aeropuertos, estaciones...
lugares de tránsito con muchas personas y en los que puedes encontrar
zona wi-fi, pero es imposible dar con un enchufe», comenta Trueba, quien
explica que el diseño del cargador respeta la normativa europea que ha
entrado recientemente en vigor sobre el cargador universal tipo USB.
«Algo similar hemos visto en el aeropuerto JFK de Nueva York, pero
nuestro modelo es más actual», explica el empresario.
La idea ha sido posible hacerla realidad gracias a la
ayuda de Sodercán. Permitió contratar los equipos informáticos, de
soldadura y el material necesario para desarrollar el prototipo. De
momento hay dos prototipos realizados, pero todavía no ha sido posible
comercializar el cargador de móviles y ordenadores. La empresa está en
negociaciones con la Universidad de Cantabria con la idea de instalar
uno de ellos en sus instalaciones para que puedan probarlo los alumnos,
incluso mantener algún contacto con el Gobierno regional para instalar
el otro bien en el aeropuerto de Santander o en alguna estación de tren o
autobús. Si el proyecto funciona, podrá comercializarse en el futuro.
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